»La música no debería irrumpir en los estantes de álbumes de ninguna población, sino que la población debería inducirse a disfrutar de la música y desarrollar un gusto personal, cada alma debería tomar su propia decisión, una pasión es tanto mayor si ha surgido de una selección cruzada de experiencias. Generalmente, si una determinada «cosa» se convierte en un gran éxito, ese éxito se hace mayor gracias a la persuasión masiva de la prensa, que según algunos estándares es más pop y más publicitada, por ser más inmoral. La popularidad de la música popular ha abierto una brecha que permite la introducción de material de segunda categoría, esto es desafortunado porque creo que la mala música es mucho peor que ninguna música. La popularidad a veces me asusta porque tiende a respaldar la mala música. Basta mirar a nuestro alrededor lo que la gente elogia en las artes, sopesar cuánto es incomprensible y cuánto se pretende entender. Bach es popular en una minoría por sus propios méritos, no por una tendencia contagiosa, así es como me gustaría a mí. »
Muchos pueden cantar afinados, pocos (menos incluso) pueden gritar. Jay Hawkins fue y es único, disfrutó de su monopolio que se extendía a ambos lados de la valla del Rhythm and Blues. Era joven y gritar era un fin, este álbum no es el final ni el comienzo. Es una cara del Sr. Hawkins, su noche y su día.
De las notas de la contraportada del segundo LP de Screamin’ Jay Hawkins, NIGHT AND DAY, lanzado en 1967 únicamente en el Reino Unido. Hasta ahora.