Adepto a los ritmos folclóricos, la carrera de Mack-Joss como músico comenzó cuando solo tenía 17 años y rápidamente se estableció como un elemento básico de la vida nocturna de Libreville, cantando en varias bandas locales. En 1966 había lanzado «Le Boucher», su primer éxito que barrió las ondas africanas y le valió el respeto de Franco, el legendario maestro de la rumba congoleña. El aliento de Franco ayudó a transformarlo de un cantante gabonés a una figura ascendente de la cultura panafricana.
Entre 1968 y 1970 Mack-Joss y su Negro-Tropical inmortalizaron un buen número de sencillos grabados en un improvisado open (estudios de grabación al aire libre) y en 1971 las fuerzas armadas de Gabón decidieron formar su propia banda. Mack-Joss fue reclutado para convertirse en el líder de la banda y este fue el nacimiento de Orchestre Massako, que se convirtió en la orquesta nacional de Gabón.
A fines de la década de 1970, se pusieron a disposición fondos para traer equipos de grabación desde Francia. Studio Mobile Massako nació y la capacidad de composición de canciones de Mack-Joss proporcionó éxito tras éxito. Las cintas maestras con las grabaciones se enviaban a París para su mezcla y Mack-Joss hacía personalmente el viaje a Francia, llevando las bobinas en su equipaje de mano. Luego, los discos de vinilo se prensaron en Francia y se enviaron de regreso a Gabón y a otros distribuidores en todo el continente. Alrededor de una docena de discos de larga duración se grabaron entre 1978 y 1986 y la mayoría se publicaron en Mass Pro, el sello propio de Mack-Joss. Algunas de estas grabaciones presentaban a un cantante de Guinée Conakry llamado Amara Touré, que se había unido a la Orquesta Massako como cantante en 1980 y se había convertido en un ingrediente importante del éxito de la banda. Su particular voz, imposible de no reconocer, no dejó a nadie indiferente.
La retirada de Mack-Joss en 1996 marcó el final de la Orquesta Massako. Con una carrera de cuatro décadas, su contribución a la cultura gabonesa no puede subestimarse y continúa inspirando el respeto y la devoción de las personas que lo conocieron.